Capitulo 17

Desarrollo físico y cognoscitivo en la adultez tardía

La vejez hoy 

En Japón, la vejez es un símbolo de estatus; es común que a los viajeros que se registran en los hoteles se les pregunte su edad para asegurarse de que recibirán la deferencia apropiada. En contraste, en Estados Unidos el envejecimiento por lo general se considera indeseable. En las investigaciones, los estereotipos sobre la vejez que han aparecido de manera más sistemática es que, aunque por lo regular se percibe a las personas viejas como cálidas y cariñosas, son incompetentes y de bajo estatus.

EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN 

La población global está en proceso de envejecimiento. En el año 2008, casi 56 millones de personas en todo el mundo tenían 65 años o más y el aumento neto anual es de más de 870 000 cada mes. Se estima que, en el año 2040, la población total de ese grupo de edad ascenderá a 1.3 billones de miembros. Se estima que dentro de 10 años, la cantidad de personas de 65 años en adelante sobrepasará por primera vez a la de los niños de cinco años y menos. Los incrementos más rápidos se darán en los países en desarrollo, donde ahora vive 62% de la gente vieja del mundo.




DE LOS VIEJOS JÓVENES A LOS VIEJOS DE EDAD AVANZADA 

El efecto económico de la población que envejece depende de la proporción de esa población que goce de salud y no esté discapacitada. A ese respecto, la tendencia es alentadora. Ahora se sabe que muchos problemas que se consideraban inevitables no se deben al envejecimiento en sí sino a factores del estilo de vida o a enfermedades. El envejecimiento primario es un proceso gradual e inevitable de deterioro corporal que empieza a una edad temprana y continúa a lo largo de los años, sin que importe lo que la gente haga para aplazarlo. El envejecimiento secundario es resultado de la enfermedad, el abuso y la inactividad, factores que a menudo pueden ser controlados por la persona. Esas dos filosofías del envejecimiento pueden ser comparadas con el conocido debate entre naturaleza y crianza y, como siempre, la verdad se encuentra en algún punto intermedio. En la actualidad, los científi cos sociales que se especializan en el estudio del envejecimiento se refi eren a tres grupos de adultos mayores: el “viejo joven”, el “viejo viejo” y el “viejo de edad avanzada”. Cronológicamente, el viejo joven por lo general es una persona de entre 65 y 74 años, que suele ser activa, animada y vigorosa. Los viejos viejos (entre 75 y 84 años) y el viejo de edad avanzada (de 85 años en adelante) son más propensos a la fragilidad y la enfermedad y a tener difi cultades para organizar las actividades de la vida diaria. Como resultado, dado el tamaño de su población los ancianos de edad avanzada consumen una cantidad desproporcionada de recursos como pensiones o costos de la atención médica.  

Longevidad y envejecimiento 

¿Cuánto tiempo vamos a vivir? ¿Por qué tenemos que envejecer? ¿Le gustaría vivir para siempre? Los seres humanos se han hecho esas preguntas durante miles de años. La primera pregunta implica varios conceptos relacionados. La expectativa de vida es el tiempo estadísticamente probable que una persona nacida en un momento y un lugar específi cos puede llegar a vivir, dadas su edad y condición de salud actuales. La expectativa de vida se basa en la longevidad promedio, o duración real de la vida de los miembros de una población. Las mejoras en la expectativa de vida refl ejan una disminución de las tasas de mortalidad (la proporción de la población total o de grupos de cierta edad que muere en un determinado año). El ciclo de vida humano es el periodo más largo que pueden vivir los miembros de nuestra especie. El ciclo de vida más largo que se haya documentado hasta ahora es el de Jeanne Clement, una francesa que murió a los 122 años de edad. La segunda pregunta expresa un tema de la vejez: el anhelo por una fuente o pócima de juventud. Detrás de este anhelo está el temor, no tanto de la edad cronológica como del envejecimiento biológico: la pérdida de la salud y de las capacidades físicas. La tercera pregunta expresa la preocupación no sólo por la duración sino por la calidad de la vida.

Otra teoría se concentra en los efectos nocivos de los radicales libres: átomos o moléculas de oxígeno sumamente inestables que se forman durante el metabolismo y que reaccionan con las membranas celulares, las proteínas celulares, grasas, carbohidratos e incluso ADN, a los cuales pueden dañar. El daño producido por los radicales libres se acumula con la edad; ha sido asociado con la artritis, la distrofi a muscular, cataratas, cáncer, diabetes de inicio tardío y trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson. El apoyo para la teoría de los radicales libres proviene de investigaciones con moscas de la fruta que al recibir copias adicionales de los genes que eliminan los radicales libres vivieron hasta un tercio más de lo usual. Por el contrario, el ciclo de vida era más corto de lo normal en una cepa de ratones criados sin un gen llamado MsrA que normalmente protege contra los radicales libres.

Cambios físicos

Algunos cambios físicos que por lo general se asocian con el envejecimiento resultan evidentes para un observador casual, aunque afectan más a algunos ancianos que a otros. La piel envejecida tiende a palidecer y a perder elasticidad, y puede arrugarse a medida que se reducen la grasa y la masa muscular. Tal vez aparezcan venas varicosas en las piernas; el cabello de la cabeza se adelgaza y se torna gris y luego blanco, y el vello corporal comienza a escasear. La estatura de los ancianos se reduce a medida que se atrofi an los discos entre las vértebras espinales. En especial entre las mujeres con osteoporosis, el adelgazamiento de los huesos puede ocasionar cifosis, llamada comúnmente “joroba de la viuda”, una curvatura exagerada de la columna vertebral que por lo general ocurre entre los 50 y los 59 años. Además, la composición quí- mica de los huesos cambia, lo que crea un mayor riesgo de fracturas. Otros cambios, menos visibles pero igual e importantes, afectan a los órganos internos y los sistemas corporales, el cerebro y el funcionamiento sensorial, motor y sexual.
El glaucoma es un daño irreversible del nervio óptico causado por un aumento en la presión del ojo que si no se trata puede ocasionar ceguera. El tratamiento temprano puede disminuir la presión ocular alta y demorar el inicio de la condición.

FUNCIONAMIENTO SEXUAL 

El factor más importante para mantener el funcionamiento sexual es la actividad sexual continua a lo largo de los años. En una encuesta nacional, 53% de los adultos estadounidenses de 65 a 74 años y 26% de los de 75 a 85 años dijeron ser sexualmente activos. Los hombres tienen una probabilidad mucho mayor que las mujeres de mantener la actividad sexual en la vejez, lo que en gran medida se debe a que, por constituir una población menos numerosa, es más factible que tengan pareja. 

PROBLEMAS MENTALES Y CONDUCTUALES 

Sólo 6% de los ancianos estadounidenses afi rma tener difi cultades mentales frecuentes. Sin embargo, los trastornos mentales y conductuales que ocurren pueden tener como resultado un impedimento funcional para realizar actividades importantes para la vida así como deterioro cognoscitivo.

Enfermedad de Alzheimer 

Trastorno cerebral degenerativo, progresivo e irreversible que se caracteriza por el deterioro cognoscitivo y la pérdida del control de las funciones corporales, lo cual conduce a la muerte. 

Enfermedad de Parkinson 

Trastorno neurológico degenerativo, progresivo e irreversible que se caracteriza por temblores, rigidez, movimientos lentos y postura inestable.

memoria episódica 

Memoria de largo plazo de experiencias o eventos específicos, vinculados a un tiempo y un lugar. 

memoria semántica 

Memoria de largo plazo de conocimiento factual, costumbres sociales y lenguaje. 

memoria procedimenta

Memoria de largo plazo de las habilidades motoras, hábitos y maneras de hacer las cosas, las cuales pueden recordarse sin esfuerzo consciente; en ocasiones se conoce como memoria implícita.



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